Hoy brillo como tú, brillo reconociendo que el sol está en mí desde antes de que mis ojos lo miraran.
Qué grande eres, tu sabiduría y amor superan el entendimiento, simplemente se colocan dispuestos y disponibles para mí, y de inmediato mi corazón voltea en perfecta conexión… así como los girasoles que nunca dejan de girar.
Sentir tu abrazo cálido y protector es la lección más amorosa de lo que es el éxito fácil y en gozo.
Sí, amado padre, de tu ser tomo la vida, la fuerza y la grandeza. Cada uno de mis éxitos son un homenaje a tu energía, que desde mi naturaleza, y en equilibrio con lo que tomo de ti, prometo colocar mostrando mis talentos y virtudes en sintonía con mi propósito de vida.
Gracias por el corazón que mamá y tú han puesto en mí. Gracias por ser mi mapa, el génesis de mi existencia y la certeza del camino que inspira mi luz interior.
Por favor, sigue bendiciendo mi andar, mira con benevolencia mis experiencias de vida, pues gracias a lo más grande, cuento con los recursos internos para disfrutar mi estancia terrenal y tomar mi paz.