No hay nada de erróneo en reaccionar frente la problemática con tu ex, frente a tus finanzas, o frente a las noticias. Pero si permites que estas reacciones permanezcan por largos periodos de tiempo, estás aceptando que sea el mundo exterior el que tome control de ti, de tu forma de pensar, sentir y actuar. Por ello, quiero hablarte hoy del poder de la introspección.
Tu mente viaja al pasado para encontrar uno o varios referentes relacionados con un tema, mientras tu cuerpo se mantiene en el presente. O bien, tu mente viaja al futuro para proyectar desde los referentes pasados las posibles soluciones a tu tema. Mientras tanto, tu cuerpo continúa quieto en el presente.
La mente es pues, una viajera, una trotamundos. Cree que es el chofer, cree que es quien toma las decisiones.
El lugar de las decisiones ocurre todo el tiempo en tu cuerpo. Tu aliado en realidad, es tu cuerpo. Tu cuerpo ha conservado para ti toda la información que necesitas para resolverte e impulsar tu vida para dar el siguiente paso.
Todo aquello externo a lo que le otorgas poder con tus pensamientos y emociones, te hace víctima y te debilita. De manera inconsciente construyes un ambiente cada vez más susceptible.
Si le preguntas a tu cuerpo cómo se siente pensando, sintiendo y actuando como posible víctima, si le escuchas y le das voz; te dirá que entra en una incomodidad que puede llegar a la ansiedad.
El poderoso ejercicio de la introspección
Esta ansiedad es un informante claro y oportuno para movilizar tu interior y permitir que tu mente haga nuevamente un viaje; no al pasado, ni al futuro, sino hacia el interior. Así, acorta el periodo en el que evoca emociones agotadoras tales como: el miedo, el enojo y la tristeza. Y en su lugar cree un ambiente interior seguro, en el que sienta a consciencia pensamientos de gratitud, autocompasión y compasión.
Permanecer en el cuerpo enfocado en tu corazón, no sólo fortalece tu sistema inmunológico. Sino que incrementa la producción de anticuerpos; de glucoproteínas presentes en la sangre, cuya función principal es combatir una invasión de bacterias y virus.
Imagina que cada que alguna señal de alarma se encienda en tu cuerpo, tienes en tu mente una manera efectiva y saludable de cambiar tu entorno interno. Es decir, permanecer en tu corazón y regresar a la naturalidad del cuerpo para estar relajado y vital.
Pensar en tu corazón y sentir que tu mente envía amor hacia ti mismo y hacia el mundo, es contagiarse y contagiar de frecuencias amplificadas de afecto a todo el mundo.
El amor no puede permanecer en cuarentena porque trasciende el tiempo y el espacio. Su poder cambia vidas, acorta distancias, concilia familias, relaciones, crea salud. Y sobre todo sana el pasado y cuando estás en orden y en paz con tu pasado. Eres libre para crear tu nuevo futuro.