Sí, también ellos y ellas… siente cómo puedes mirar con agrado que todos sean incluidos, vistos… podemos invocarlos a cada uno de ellos, a todos.
Comprendo tu sensación, confía en que es liberador experimentar la sorpresa, la extrañeza, la incomodidad… como también es perfecto sentir ligereza, comodidad y serenidad al incluirlos.
Ya que tu corazón está permitiendo que se asome uno a uno, observa sin expectativa de tiempo cómo la esencia de cada una de esas almas, de todos los que llegaron a este mundo antes de ti, de tus padres, hermanos; se esclarece frente a ti con imágenes nítidas y cálidas.
Esas imágenes libres de historias, son el génesis del amor, es la mirada pura a tu origen, a la fuente que te ha dado vida y por lo tanto, a la cual perteneces. Es tu gran regalo, como también es de todos aquellos que llegaron a la familia… así es, es el sentido de la frase “todos pertenecen”.
Para la mente es una locura imaginar la cantidad de ancestros que requirieron llegar para que nosotros disfrutemos de la vida, y para el corazón, es más simple… él solamente experimenta la certeza de mirarlos a todos, incluso cuando la mente no tenga presente los nombres y los rostros… o cuando, por algún motivo, decide excluir a alguno.
Permítete conectar con esa sensación de certeza, te es fácil reconocer que pase lo que pase en las historias que nos vinculan como sistema familiar, siempre pertenecemos, pues el amor en su grandeza siempre permanece ileso.
Gracias por decir “sí” a nuestro encuentro, miro tu valentía y amor incondicional para tu familia y abrazando tu interés en este gran tema, te espero en el siguiente blog para que juntos armonicemos la información sobre los movimientos en pareja.
¡Hasta muy pronto!