¡Yujus!, sí tú, ¿cómo está hoy tu corazón?
El mío, agradecido de coincidir contigo, feliz de que hayas llegado a este blog para unirnos y permanecer conectados mientras nos sostiene algo mayor; el tiempo y el espacio.
¿Te has preguntado cuánto tiempo permanecemos conectados con el otro?, o ¿en qué espacios nos conectamos con el otro?… y más aún… ¿será que al llegar a un espacio nuevo, y del cual de pronto se requiera que nos retiremos, realmente se “rompe la conexión”?… ¿Sigues conmigo aquí y ahora?, estoy convencida que sí.
Interesante… ¿verdad?… éstas e infinitas preguntas llegan a nuestra mente (incluso de manera inconsciente), cuando reconocemos que los vínculos son el graaaaan tema de la humanidad.
Y hoy, reflexionando sobre este temazo, te comparto que siempre estamos conectados, es decir, una vez que llegamos a un nuevo espacio, siempre y para siempre; permaneceremos a ese espacio. Sí, la respuesta es sí a lo que estás pensando… aun cuando en algún momento requieras tomar un camino distinto, seguirás teniendo ahí ése gran lugar.
Digamos que tu esencia, al ser extraordinaria, es irremplazable… y cuando digo irremplazable, significa que ninguna otra persona puede sustituir la tuya, solamente puede llegar y sumarse a contribuir al ambiente compartiendo la suya; pero jamás podría compartir su genialidad desde los talentos de los otros.
¿Puedes entonces experimentar cómo tus pulmones inhalan certeza?… yo sí, ahora mismo preguntando tu sensación, siento cómo mi ritmo cardiaco danza tranquilamente; es como si mi cuerpo se sintiera ligero y en paz reconociendo que todo está conciliado en un espacio y tiempo en el cuál todos habitamos en unión y en equilibrio.
Desde ésa frecuencia… te abrazo hasta nuestra siguiente conversación.
¡Hasta pronto!