La neurociencia investiga cómo funciona el cerebro, para entender los mecanismos que regulan el control de las reacciones nerviosas y su comportamiento. Las investigaciones en esta área indican que la curiosidad y la emoción juegan un papel relevante en la adquisición de conocimientos.
Hoy la educación se enfrenta con el reto de despertar y mantener la atención de los alumnos. Y competir con la estimulación provocada por cientos de videos que captan la atención de los niños en redes sociales. Por ello, y valiéndonos de los descubrimientos de la neurociencia aplicados a la educación, creamos la metodología SAyDI.
Gracias a estos hallazgos sabemos que 2 ingredientes indispensables en el aprendizaje son las neurociencias y las emociones. Está científicamente demostrado que la emoción es el motor del aprendizaje. No se consigue conocimiento al memorizar, ni al repetirlo una y otra vez, sino al hacer, experimentar y, sobre todo, emocionarse.
Emocionar para aprender
La curiosidad y la emoción juegan un papel relevante en la adquisición de conocimientos y en esta área tenemos mucha experiencia.
Nuestras docentes cuentan con la preparación que permite emocionar a los estudiantes en sus clases, despertar su atención y curiosidad. Apostamos por un aprendizaje significativo que transmitimos a través de experiencias vivenciales que captan los sentidos de los estudiantes.
Hacemos pausas activas entre clases para mantener la atención. Estos espacios se utilizan para realizar dinámicas que relajan el cerebro para que vuelva a estar en disposición de aprender activamente.
Favorecemos un ambiente educativo positivo, donde docentes y estudiantes asumen los errores de manera natural, cooperan y participan activamente en el proceso de aprendizaje.
Por el contrario, en la educación tradicional, el ambiente de estrés perjudica el buen funcionamiento del cerebro afectando el desarrollo académico.
Elige una escuela que logre que tus hijos vivan y disfruten el aprendizaje.