Contener a tu hijo cuando siente alguna emoción de “baja frecuencia”, es hacerlo sentir seguro. Te invitamos a descubrir cómo acompañar sus emociones cuando experimenta los movimientos terrestres.
La validación de las emociones, es fundamental en la experiencia de aprendizaje de tu hijo. Cuando lo percibes alegre, efusivo, o con cualquier otro estado de ánimo de “alta frecuencia”, es sencillo aceptar la emocionalidad, pues los padres; siempre desean ver hijos felices.
Y… ¿qué ocurre cuando la emoción de tu hijo es de “baja frecuencia”?. Seguramente te has preguntado qué hacer cuando el menor siente miedo, enojo, frustración; o cualquier otra emoción considerada “negativa”.
Ahora, recordemos juntos que las emociones no se evalúan, simplemente se sienten. Eso significa que las emociones no son buenas, ni malas; simplemente son; porque todo estado de ánimo es perfecto.
Entonces, desde tu rol de padre o madre, ¿cómo guiar a tu hijo cuando siente miedo o angustia?
Te orientamos con una nueva manera de hacerlo, partiendo de un ejemplo práctico que socialmente se ha manifestado.
Los temblores son movimientos que sacuden el territorio, y también las emociones. Inesperadamente, estos movimientos activan el cerebro reptiliano, cuya reacción es instintiva asegurando la supervivencia. A través de esta función, el cuerpo se alerta activando emociones y conductas.
En ése instante tu hijo experimenta un cambio emocional, y llevarlo a la calma es una tarea fácil para ti; así que esta sugerencia será útil como una alternativa nueva. Abrazando a tu hijo, puedes utilizar el lenguaje transformacional SAyDI recordándole frases como:
- “Es perfecto lo que estás sintiendo”
- “Acompaño tu emoción”
- “Respeto tu emoción, tienes permiso de sentirla”
Después de comenzar con este abrazo empático, es esencial que el menor sepa que es natural que el planeta Tierra se esté moviendo. Te invitamos a compartirle frases como:
- “La Tierra también se mueve, es natural”
- “La Tierra también se estira cuando se despierta”
- “Así como tú te estiras al despertar, y éso te hace sentir más ligero; la Tierra también estira su cuerpo para acomodarse”
Cuando el pequeño sabe que este fenómeno es una manifestación natural, y que tú le acompañas a vivir la experiencia desde el respeto a su emoción; se siente en un lugar seguro, y la frecuencia vibratoria se transforma en confianza.