¡Llegaste! Qué alegría fusionarnos de nuevo en un abrazo, a través de nuestro blog. Yo también me quedé feliz con el encuentro, y ¿sabes?, te comparto que hoy al despertar, elegí comenzar mi día disfrutando esta nueva oportunidad, y para ello, de manera consciente me permití reconocer la grandeza de la vida.
Abrí los ojos haciéndome consciente de estar aterrizando en el mundo que me sostiene, este mundo en el cual mi alma despierta cada mañana habitando mi cuerpo después de su viaje onírico; este espacio al que llego cada despertar acompañada de regalos sublimes, convicciones, información que descubro como si fuesen las pistas que me guían en un mapa revelador de vida, y que al momento de comenzar un nuevo día; es la posibilidad perfecta para manifestarlas.
Al regresar a la tierra, conecté con la gratitud por estar presente aquí y ahora, y pensé… ¿qué fue necesario para que hoy pueda sentir el latido de mi corazón?, y más aún, ¿quiénes fueron esenciales para que hoy pueda disfrutar la vibración de mi corazón?… en ese instante volteé a mirar dos fotografías que unidas, colocaron el lienzo perfecto para mi vida.
En la primera, están mis abuelos paternos y enfrente de ellos, mi amado padre, y en la segunda, a la izquierda de la foto paterna, están mis abuelos maternos sosteniendo a mi sonriente madre.
Al mirarlas, respiré en gozo… sentí cómo una luz cálida recorría mi cuerpo comenzando por las plantas de los pies… ¡sí!… es mágico, de inmediato experimenté la sensación de estar completa, y es así… ¡estoy completa!
Ellos dan origen y fuerza a mi camino, y yo, como la más pequeña; transito por la vida ya disfrutando de su bendición gracias a que cada uno de ellos llegó a colocar su amor.
Unámonos desde esta frecuencia del reconocimiento a los mayores para así mirar con claridad cuál es nuestro sitio, te invito… el camino ya está iniciado y yo te acompaño…
¡feliz viaje!